Entre grabaciones y giras, Mónica Naranjo se recrea en la cocina de su hogar, donde triunfa con el pollo a la cerveza y la coca de piñones, dos de las recetas estrella del libro en el que la cantante catalana comparte, con "buen rollo", secretos culinarios, alegrías en la mesa y frustraciones en tiempo de dietas.
"A mí me gusta comer", ratifica la artista durante una entrevista con Efe celebrada hoy en Madrid, ante la publicación el próximo martes de su primer compendio culinario, "Come y calle" (Ediciones Martínez Roca), el típico exabrupto que todo padre o madre ha lanzado en algún momento a sus hijos, caso de la diva.
Lo suyo, dice sobre esta obra, no es un tratado concienzudo de cocina, sino una "cuestión terapéutica" aderezada con anécdotas de su vida íntima y de las que ahora se "descojona", articuladas en episodios con títulos tan llamativos como "??¡Dios salve a la alcachofa!!!".
El humor es una de las notas predominantes desde la misma portada, en la que Naranjo se salta su defensa de la dieta disociada -nada de mezclar hidratos y proteínas- sumergiéndose en una bañera de espaguetis "como una albondiguilla".
Con prólogo de Karlos Arguiñano, que ratifica su método de adelgazamiento "CLM+P" (esto es, "come la mitad y suma un polvo"), Naranjo ha dedicado un año a reunir las "recetas más fáciles para este ritmo de vida acelerado", asegurando un resultado "equilibrado, rico y que no obligue a pensar mucho".
"Yo soy persona de un solo plato, así luego hay espacio para el postre", afirma con mirada traviesa la cantante, que ofrece una buena lista de primeros entre arroces, pastas, cremas y ensaladas (que no falte la escalibada, como buena catalana) y una serie igualmente amplia de dulces.
En este grupo, destaca su coca de piñones, que triunfa en casa, pero recomienda también un pastel de cerveza que despista incluso a los paladares más finos.
La cocina de su tierra, afirma, se le da "muy muy muy muy bien", igual que el pollo con ciruelas, uno de esos platos con los que quedar de fábula en esas "quedadas gastronómicas" que tanto le gusta celebrar en casa, sobre todo cuando llega el frío.
De su deambular por el mundo, rescata platos de la cocina tailandesa (donde pasó mes y medio), pero también de su "terapéutica" estancia en Italia durante cerca de un año para superar el "desgaste", cuando decidió retirarse temporalmente de la industria musical y mandar al mundo a freír espárragos.
Ella, coqueta y preocupada por su figura ("aunque cuando engordo, engordo en bloque, y así se nota menos", presume), prefiere no freír tanto y su "melanzane alla parmigiana" la prepara con berenjena a la plancha.
Pero, si uno quiere recuperar la ilusión, cuenta en "Come y calla", lo mejor es reírse ("la risa es una gran medicina", dice) y tirar de dos ingredientes básicos: un buen vino antes de dormir y un bombón quita penas.
Texto e información: Agencia EFE
Imágenes: Mónica Naranjo
Fuente: www.eleconomista.es
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