MÓNICA NARANJO: Perfectamente. Hace 22 años inicié mi carrera en México, y vosotros me disteis mi primera portada en España hace la friolera de 16. Aún era en blanco y negro..., me acordaré toda la vida. Recién aterrizada de México, después de haber hecho el programa Sorpresa, Sorpresa, ofrecisteis la portada a la compañía. Y el personal que entonces trabajaba en Sony me dijo: ‘¡Pero si es una revista para maricones!'. Contesté: ‘Precisamente, estoy en mi salsa, ¡si llevo toda la vida en el ambiente!'. Fíjate lo que ha llovido: quien no pasa ahora por la portada de Shangay es como si pasase desapercibido en España. Se ha convertido en algo importante, obligatorio.
S.E: ¿Eres de mirar hacia atrás y festejar aniversarios?
M.N: Soy más de celebrar el presente. El pasado sobre todo te enseña lo malo, te hace evolucionar y crecer, y el futuro es un enigma. Por eso valoro tanto el presente. Cuando cumplo años me siento feliz de estar sana; pero eso lo podría celebrar todos los días, no una vez al año.
S.E: Nuestro aniversario te pilla superocupada, con varios frentes abiertos.
M.N: Es lo que pasa cuando tienes a tu hijo con 21 años. Como Aitor tiene ya más necesidad de churri que de mamá, te queda tiempo para hacer todo lo que te va a ayudar a sentirte realizada. Había cositas pendientes que se quedaron por el camino y poco a poco les hemos ido dando forma. Como hay salud, estoy con energía.
S.E: ¿Hay que diversificarse hoy día para seguir teniendo relevancia?
M.N: Es bueno hacerlo. Como en el mundo de la música hace tantísimos años que estamos en crisis, ha habido que adaptarse a los tiempos y seguir aprendiendo. Ya no vale solo con decir ‘Yo sé cantar'; eso es al principio, pero cuando llevas 22 años en esto tienes que saber hacer más cosas, y todas bien.
S.E: Tu activa presencia en una red social como LINE es buen ejemplo de tu interés por estar a la última.
M.N: LINE ha sido un gran descubrimiento para mí. Es superadictiva, me paso el día conectada. Me permite ampliar la comunicación con mis seguidores y ofrecerles continuamente exclusivas. Cuelgo vídeos especiales, voy a organizar sorteos siempre que tenga nuevos lanzamientos... Me declaro fan absoluta de esta aplicación, soy una experta en enviar stickers a una velocidad pasmosa.
S.E: Acabas de presentar el libro de recetas Come y calla y estás ya preparando una segunda obra. ¿Qué nos puedes adelantar?
M.N: En él compartiré mi manera de ver la vida y los ejemplos que he tenido, casi todos femeninos. Y explicaré la manera en que me he ido echando ciertas cosas a la espalda. Come y calla, por su parte, es un libro de cocina singular. No lo firma un profesional, sino una persona que gracias a esa afición pudo salir a flote tras un momento complicado. En un pueblo lejanísimo cercano a Milano, donde me retiré [cuando decidió tomarse un respiro en su carrera], la cocina se convirtió en algo terapéutico que me ayudó a recuperar la ilusión y a la Mónica que había perdido por el camino. Hoy día, los fines de semana, si estoy en casa, cocino siempre. Como somos una familia pequeñita y muy bien avenida, los domingos es obligatorio que nos reunamos, y yo aprovecho cuando tengo un sábado relajadito para preparar algo, mejor que quedarme tirada en el sofá -algo que solo hago cuando tengo un buen libro que leer-. Y siempre cocino con un bloc de notas al lado, por si lo que me invento sale bueno.
S.E: ¿Tienes siempre a mano una grabadora también para tu música?
M.N: Antes era una grabadora, ahora uso el iPhone. Casi siempre de noche, porque cuando estoy durmiendo me surgen muchas melodías. Es como si mi subconsciente rescatara de ese enorme universo que nos rodea piezas que están flotando, así lo veo yo. Y me sucede todo el rato, porque ante todo soy música.
S.E: ¿En qué punto se encuentra tu ópera rock Lubna?
M.N: Estoy pendiente de finalizarla, después de cinco años trabajando en ella. Si dios quiere, y el calendario lo permite, en diciembre empezaré a grabar voces. La banda de rock, la sinfónica y la coral (de 85 personas) ya están grabadas. La edición está siendo muy laboriosa, porque queremos que el resultado suene lo más orgánico posible.
S.E: También has anunciado un disco con las nuevas versiones de tus éxitos que presentaste en México recientemente.
M.N: Sí, MN4.0, está previsto para enero. Con él quiero celebrar lo que han significado estas dos décadas que llevo en la música. Y espero poder presentarlo aquí en los escenarios el verano que viene. Cumplo 40 años y lo tengo que celebrar, qué mejor manera que hacerlo en directo. Quiero hacer una gira pequeñita para dar paso después a Lubna, que llegará pisando fuerte.
S.E: ¿Cómo ha sido la experiencia de recuperar tu faceta pop este verano pasado con la gira Ídolos?
M.N: Muy intensa. Porque decidí presentar adaptaciones nuevas con arreglos alternativos. Llegué consciente de que la gente tiene el oído superhabituado a las versiones de hace años, que se siguen pinchando en las radiofórmulas, y me dije: "A ver por dónde vienen las hostias" [risas]. Son duras pero necesarias, porque quería darle una vuelta de tuerca radical a mis canciones de siempre. Es lo que sentía que debía hacer. Los artistas no podemos tener reglas, el arte se rige por un punto anárquico.
S.E: Es algo que has demostrado a lo largo de estas dos décadas en Shangay, en reportajes en los que siempre has querido ir al límite.
M.N: Es que salir mona es muy fácil, y mujeres guapas en el panorama musical hay infinitas. Pero lo que hay que intentar reflejar es la autenticidad del artista, que es lo que arrastra a la gente. Por suerte, he contado siempre con un público generoso que ha querido evolucionar conmigo, y eso es de agradecer. Desde Palabra de Mujer, al que siguió Minage, que era todo lo contrario y que tantos problemas me generó con mi casa de discos. Y que se he acabado convirtiendo en un álbum de culto, que se sigue vendiendo muy bien. Pues olé por mis fans.
S.E: ¿Recuperas tus entrevistas y reportajes de cuando en cuando?
M.N: No, no soy de leerme a mí misma. Ni de ver las críticas tras un concierto. No creo que sea bueno para el ego, y menos cuando tienes tanto ego artístico como yo [risas]. Porque si una crítica es buena, el monstruo se hace más grande... Por eso prefiero ir hacia adelante y procuro contagiar a la gente de buen rollo.
S.E: También compartes con tu público tus preocupaciones y reivindicaciones. No has dudado recientemente en denunciar la homofobia que impera en Rusia, por ejemplo.
M.N: Los personajes públicos debemos hacerlo. Hablando de homofobia, los últimos acontecimientos en Rusia me han producido asco, y ver que la justicia no se implica para solucionarlos, aún más. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Tenemos que ponernos a su altura quienes defendemos la libertad sexual para todos si queremos que se nos respete y que no nos toquen? ¿Tenemos que sacar al hombre primitivo e ignorante que llevamos dentro? No.
S.E: Además de reivindicativa, siempre has sido muy petarda...
M.N: Porque me gusta reírme, de mí misma la primera. ¡Arriba el petardeo! Es la mejor manera de abarcar la vida, de que cuando llegan los sucesos negativos te contaminen lo mínimo posible. Con casi cuarenta años me ha pasado de todo: cosas buenas, porque la vida ha sido muy generosa conmigo, y otras muy tristes. Y hay que echárselas a la espalda con la mejor de las sonrisas, el humor es mi gran medicina.
S.E: ¿Algún día te volveremos a ver en un club pequeñito, como cuando presentaste en ''Shangay Tea Dance'' Palabra de Mujer años ha?
M.N: ¡Qué bonito fue aquello! Lo recuerdo como una de las noches más especiales de mi carrera, ‘mi gran momento Shangay'. Yo creo que sí lo haré. Ahora que he estado en México actuando en estadios, otra vez, sentía lo guay que era actuar ante veinte mil personas, pero para mí la sensación no es comparable a actuar en un lugar pequeño: esa cercanía, esa magia... Una gira ‘unplugged' es lo que debería hacer, para estar todos recogiditos, casi de la manita, ¡lo más mariquita del mundo!
S.E: ¿Qué se te pasa por la cabeza al verte formando parte de nuestro 20º aniversario?
M.N: Que ha sido una carrera de fondo la vuestra. Shangay ha sido gran responsable de que hoy muchos adolescentes, chicos y chicas, puedan vivir libremente por las calles su historia de amor. Formáis parte de la historia. Y lo que os queda. Es para quitarse el sombrero.
Conectada a través de LINE
Mónica Naranjo confiesa estar siempre dispuesta a aprender y a avanzar al ritmo de los tiempos. Damos fe de que su enganche a Line no es en absoluto virtual. Mónica se pasó los ratos muertos durante su participación en nuestro reportaje especial 20º aniversario enviando mensajes y stickers a través de dicha red -sus favoritos ahora son los de la serie Moon-. También ha adoptado LINE como herramienta de promoción y contacto con sus fans. "La comunicación es muy directa", comenta. "Y en las pocas semanas que la llevo utilizando la progresión de seguidores ha sido increíble, estoy muy sorprendida". En su cuenta oficial estrenó en primicia la portada de su libro Come y calla, regularmente cuelga vídeos con mensajes personalizados, y también ofrece promociones y sorteos de entradas. Mónica Naranjo ha encontrado en LINE la red que más y mejor le permite interactuar con aquellos a los que quiere, y es la mejor vía posible para que sus fans interactúen con ella y descubran antes que nadie las novedades de la artista. "Tengo proyectos muy interesantes que quiero desarollar. En breve organizaré encuentros con los fans para responder a sus dudas y preguntas. Y que nadie descarte que pronto cuente con mi propia colección de stickers...".
Entrevista: Agustín Gómez Cascales [@agusgcascales]
Imágenes: Mónica Naranjo / Shangay / Miguel Ángel / Agenda Naranjo
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